Recientemente se ha dado a conocer una sentencia del Juzgado de lo Penal nº 1 de Ceuta en el que se ha absuelto a un médico del delito de imprudencia profesional por no estar presente en el postoperatorio. En dicha sentencia se razona, con muy buen tino, que no por el hecho de abandonar el
Esta sentencia me invitaba a reflexionar sobre la relación entre las sacrificadas profesiones santarias y las guardias, ya que las guardias siempre han traído de cabeza a los profesionales sanitarios y como indicaban Antonio Díez, Luis Cabañas e Ignacio Isasa (1) en una magnífica publicación las guardias médicas son “una esclavitud de nuestro tiempo” y en el caso particular de la sentencia referida además le han conllevado al facultativo implicado el disgusto de tener que verse ante la jurisdicción penal por una supuesta imprudencia profesional.
Que las guardias están mal pagadas es por todos conocido, pero lo más llamativo de las guardias médicas, desde el punto de vista legal es que son un constante foco de problemas y por tanto de procedimiento judiciales. Ya estudiemos las guardias localizadas o las guardias de presencia física, la problemática es de muy diversa índole, en unos casos el problema radica en el cómputo de las guardias, en otros casos en el pago de las mismas, muchas otras veces en cuando se puede solicitar su exención o en otros casos en qué funciones deben realizarse.
Sin embargo lo que debe hacerse notar es que ese foco de problemas constante que son las guardias es producto a su vez de la deficiente regulación que se ha hecho del problema, deficiencia que a pesar de ser conocida no es abordada satisfactoriamente, valga como ejemplo la actual regulación que se hace en el artículo 48 del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud aprobado por la Ley 55/2003, de 16 de diciembre.
Nadie duda de la importancia de las guardias para la correcta prestación de la asistencia, pero precisamente por la importancia de la cuestión, debería hacerse un esfuerzo para que las guardias en vez de ser foco de problemas simplemente fuesen una faceta normal de
Por
1. A. Diez Murciano, L. Cabañas Navarro, I. Isasa González de Ubieta, Las guardias médicas, una esclavitud de nuestro tiempo, Coordinadora de Médicos de
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