Desde esta perspectiva, la telemedicina se presenta como un elemento esencial que lejos de deshumanizar la relación médico-paciente contribuye a dotarla de mayor proximidad y sobre todo a potenciar la participación del paciente de un modo plenamente activo.
La telemedicina presenta múltiples manifestaciones, pues implica todo suministro de servicios de asistencia sanitaria en los que la distancia constituye un factor crítico. Así, puede comprender la telegestión como proceso de soporte a la actividad asistencial (administración, telecitas en tiempo real, movilidad de historias clínicas); teledocencia consistente en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para la formación de profesionales de la medicina (videoconferencias, portales web); teleconsulta, basada en la aplicación de equipos especializados para la captación y transmisión de datos o imágenes que faciliten el análisis de patologías (endoscopias, electrocardiogramas); telerrobótica, consistente en la realización de intervenciones quirúrgicas a través de estaciones de trabajo virtuales y telemonitorización, basada en el seguimiento y control de pacientes mediante dispositivos específicos como la asistencia domiciliaria continuada.
Quizá sea esta última acepción las más común o conocida en la actualidad y con una gran proyección futura si se tiene en cuenta el progresivo envejecimiento de la población; aunque es preciso reconocer que la adopción de estas técnicas requiere también una concienciación y adaptación en los pacientes, elemento siempre necesario y connatural a cualquier nueva situación.
Las ventajas de la telemedicina son múltiples: seguimiento continuado de las patologías crónicas, superación de los obstáculos que implican las distancias geográficas, aproximación de los servicios sanitarios a zonas remotas, mayor interacción ente profesional y paciente o inmediatez.
En definitiva, la telemedicina debe incorporarse progresivamente como un elemento más de la actividad asistencial, siempre complementario de la medicina presencial, tal y como se ha concebido tradicionalmente, pero aportando a ésta un elemento dinamizador que la sincroniza con la creciente influencia de las nuevas tecnologías en todas las vertientes de la Medicina.
Publicado en Redacción Médica el Jueves 2 de Marzo de 2006. Número 290.AÑO II
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