En pocos años los facultativos y ATS han pasado de ser reverenciados y colmados de atenciones por parte de sus pacientes y familiares, a ser objeto de agresiones y amenazas por los mismos sujetos.
En los últimos meses la estadística judicial no puede ser más preocupante: numerosos Juzgados y Tribunales han dictado sentencias condenando por delito de amenazas y agresiones cometidos por pacientes contra este personal sanitario.
Por su parte, las diferentes encuestas realizadas al respecto son alarmantes: el cien por cien de los médicos andaluces han sido agredidos verbalmente, el ochenta por ciento de las enfermeras han sido intimidadas, según
Ante esta situación se han adoptado algunas medidas, tales como planes de atención y prevención frente a situaciones conflictivas con los ciudadanos en los centros sanitarios (Madrid), creación de Registro de Agresiones (Andalucía), póliza de seguros frente a agresiones (Cataluña), pero todas ellas tienen en común su carácter paliativo ante actuaciones ya consumadas. Sería preciso abordar este grave problema en sus raíces, entre las que se puede destacar la relajación en los modos y maneras en que pacientes y, sobre todo, familiares se comportan en los centros sanitarios y la permisividad con los mismos.
También el personal sanitario, con su ejemplo, debe transmitir la idea de respeto que se debe guardar en el centro sanitario. En este sentido, la vuelta al uso del “Vd.”, propugnada por el Editor de esta revista, sería un paso nada anecdótico.
Publicado en Redacción Médica el Jueves 19 de Mayo de 2005. Número 116. AÑO I
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